Como es obvio, debemos cuidar nuestra piel en cualquier estación del año, ya que, en todas ellas, sufre cambios propios de la diferencia de temperaturas, humedad, viento, la cantidad de luz que recibe u otros factores externos. Todos ellos son los responsables del llamado "estrés oxidativo", causa de las variaciones en el rostro a lo largo de nuestra vida.
¿GANAS DE SOL? ¡Por supuesto! El invierno se hace largo y estamos deseando disfrutar de los primeros rayitos de sol. Ya hemos comenzado a pasear, a hacer deporte al aire libre o incluso a disfrutar de un buen picnic en el campo, además, el sol nos ayuda a producir hormonas que nos hacen sentir mejor.
Las manchas faciales pueden aparecer por diferentes causas, como factores ambientales, cambios hormonales, estilo de vida, consumo de ciertas sustancias o por el paso del tiempo. Pero es verdad que la mayoría posee un factor común: el SOL. Y es que, aunque nos encante nuestra piel bronceada, es necesario tomar todas las precauciones necesarias para evitar lesiones o quemaduras solares que posteriormente podrían desencadenar en manchas.